La librería no sólo se caracteriza por sus actividades culturales constantes, sino por su estilo acogedor
Por: Zaira Cortés, publicado en el El Diario La Prensa. En junio 23 de 2012
Queens.- Para la librería «Barco de Papel», explorar los océanos del nuevo mundo electrónico no ha sido fácil, sin embargo, con un estilo único se mantiene en el gusto de la comunidad latina desde hace nueve años. El cubano Ramón Caraballo, propietario de la librería que lleva por nombre el título de un conocido poema de su compatriota Nicolás Guillén, explicó que al abrir su negocio en 2003, no imaginó que algún día tendría que enfrentarse a los retos que implican los avances tecnológicos. Mientras otras librerías hispanas y anglo cerraban sus puertas, Caraballo se negó a que su sueño terminara, por lo que ideó una estrategia para mantenerse a flote. «Las librerías siempre han existido y seguirán existiendo, pero es necesario adaptarse a la época. Es similar al teatro y la opera, que no mueren ante el cine o los nuevos géneros musicales».
Caraballo convirtió la librería «Barco de Papel», ubicada en la Avenida Roosevelt, en Queens, en un lugar de encuentro para la comunidad. «Entendí que el lector latino busca un sitio que pueda hacer suyo fácilmente, como si se tratara de la sala de sus casa», explicó. En el lugar, continuamente se ofrecen talleres, tertulias y lectura de poesía, algunos versos en voces de sus propios autores. La Biblioteca de Queens colabora en alguna de estas actividades.
La librería también edita un periódico trimestral llamado «Vecindad», que publica a escritores locales. En sus páginas libres de publicidad, residentes ofrecen a los lectores textos, fotografías y dibujos que abordan la dinámica urbana y social de la Gran Manzana. «Tenemos talleres tan peculiares y divertidos que es posible atrapar fácilmente al lector. Uno de ellos puede ser: Cómo leer en el baño. Sí, en el baño», dijo Caraballo. Este programa, que incluye un inodoro no instalado en la librería, es una forma amena de invitar a la comunidad a leer en todos los rincones posibles.
La librería «Barco de Papel» no sólo se caracteriza por sus actividades culturales constantes, sino por su estilo acogedor. Títeres colgando de las paredes y un baño decorado como una galería, son algunos de los muchos atractivos para el público infantil. El propietario explicó que los libros de autores clásicos y con temas como suspenso y superación personal, son los más solicitados.
Irene Gómez, una lectora colombiana del vecindario, opinó que las librerías son tan importantes en los vecindarios como las farmacias. «Un vecindario sin su librería es como un espíritu sin luz. Ojear un libro con mis dedos es más poético que oprimir botones», dijo. Para Ramiro Cuevas, de 35 y padre de dos, encontrar libros infantiles en español es uno de los servicios que más necesita. «En mi país yo leía poco, pero aquí tener acceso a los libros en más fácil y económico, y empiezo a compartir este hábito con mis hijos».
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